domingo, 15 de noviembre de 2009

Al barro vamos (2)

Decía hace unos días que buena parte del vacilón de hacer casas de barro es que escapa a lo que entendemos por trabajo. El trabajo aquí no es un martirio físico y sicológico a cambio de comida o dinero, sino una oportunidad para juntarse con gente buena o con ganas de jugar a serlo. Una ocasión para la jodienda, el sancocho, el trago y la construcción con las manos y el cerebro: lo que debería ser el trabajo en la sociedad que soñamos.
Todo esto sucedió el 24 de octubre allá en predios de Los Cayapos en San Diego (Carabobo):
















No hay comentarios: