domingo, 20 de mayo de 2012

No hay petróleo en el mundo que pague una vida salvada


Me encuentro en La Habana recopilando historias y testimonios para un libro. Allí hablarán los pacientes beneficiados por el Convenio Integral de Salud Cuba-Venezuela. Hasta la fecha han sido atendidos 51.464 venezolanos con distintas afecciones o lesiones. Todas las semanas sale de caracas un vuelo con 130 pacientes y acompañantes para tratarse en el Centro de Salud La Pradera y otros, así que la cifra anterior ya seguramente perdió vigencia cuando usted lea esta nota.
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Las primeras historias a la mano son impactantes, como cabía esperar. Está la niña Silvana Navas, quien nació con un extraño síndrome que impedía que su cráneo creciera a la par del resto del cuerpo, por lo cual el cerebro quedaba atrapado en una bóveda de huesos y amenazaba con colapsar. La niña ha sido tratada por tres años por especialistas cubanos y, a sus cuatro de edad, ya se encamina hacia una vida plena.
También está la historia de José Daniel Torrealba, un joven intoxicado con agrotóxicos que adquirió una enfermedad degenerativa llamada aplasia medular. Su hermano debió fungir como donante de médula para un transplante porque su sistema inmune bajó a cero y su muerte era cuestión de poco tiempo; acá en Cuba se lo hicieron sin que tuviera que pagar ni un centavo, y hoy José Daniel ha vuelto a hacer deporte y a hablar con entusiasmo del futuro. Ambos casos habían sido etiquetados como gran negocio por la medicina privada: si no existiera el Convenio los familiares de esas personas hubieran tenido que pagar muchos miles de dólares (millones de bolívares) o decretar su condena a muerte, por ser pobres.
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El Convenio Cuba-Venezuela es uno de los movimientos humanitarios más importantes del planeta. A cambio de petróleo y energía (que a Venezuela le sobran) Cuba nos está entregando la excelencia de su ciencia médica. Todo el petróleo de la tierra no alcanza para pagar una sola de las vidas salvadas por los hermanos de Cuba.
En próximas entregas, más datos y testimoniales de esta página de nuestra historia.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

No sé si será sana o no, eso lo dejamos para después, pero qué envidia te tengo por ese viaje que estás haciendo. Aprovéchalo todo lo que puedas. Imagino todas las vivencias y el calor de pueblo que vas a acumular en tus días por allá. Abrazo grande.

Iraima Arrechedera dijo...

Si... Y en contraste con la arrogancia del médico capitalista, que se cree un dios por vender salud, los médicos que mencionas aquí, lo hacen con un grado de humildad y de humanismo Extraordinarios. Sólo en Revolución eso es Cotidiano...

Iraima

Anónimo dijo...

Vayalo Jose una pregunta, el libro que estas escribiendo en Cuba es financiado por el estado o tu mismo estas pagando por tu estadia en cuba para entrevistar y recabar informacion para tu nuevo libro? Lo digo por un comentario que escribiste hace tiempo, que decia mas o menos, que todo aquel que quiera vivir de escribir es un maldito parasito. Entonces queria saber si practicas lo que predicas.

JRD dijo...

Anónimo 26 de mayo de 2012 16:08
El Estado me paga. Soy un maldito parásito. Un bicho malo que hace cosas que no hacen los carajos coherentes como tú: le trabajo al Estado, tomo cerveza Polar, visto ropas y calzados hechos por el capitalismo, me desplazo en automóviles hechos por esclavos, escribo bajo anonimato por miedo a responsabilizarme por las vergas que digo o escribo. Un asquito pues. Un día lograré dejar de hacer todo eso y entonces seré como tú: un ejemplo de gallardía rrrrrrevolucionaria.

Anónimo dijo...

Buena Respuesta a ese anónimo camarada, Simón Rodríguez decía que le gustaba tener la culpa de todo para evitarse el trabajo de tener que justificarse ante los tontos y los ignorantes, imploraba por no tener que toparse con esos seres, que lejos de comprender se dan a la tarea de destruir o criticar malsanamente,eso le pasó a Rodriguez con los Curas en Chuquisaca y por donde rodaba su travesía por estos pueblos imploraba "señor librame de los tontos y de los ignorantes" para que sus escritos y propuestas no llegaran a sus manos, pues afirmaba, "tendrán mucho de que reir para rato", yo he llegado a la conclusión de que no hay que pedirlas nada a la fritangas...no se puede esperar nada de ellas escepto que confundan y lo revuelvan todo...

Anónimo dijo...

La principal objeción que se hace a este tipo de proyectos consiste en afirmar que hay irregularidades en la distribución del dinero para realizarlos. Una serie de profesores de la facultad de humanidades de la UCV se encuentran entre los primeros propagadores de estas afirmaciones. Sería interesante saber si esos justicieros son tan severos cuando se trata de juzgar la relación entre el cumplimiento de sus tareas y el dinero recibido por ello. Esos profesores afirman que las esferas altas del Chavismo operan como el crimen organizado, pero se ofenden si alguien les sugiere que ellos establecen redes similares en las instituciones que en las que trabajan.

Anónimo dijo...

Qué chevere Duque un libro de propaganda del chavismo oficial pero con rostro humano, viejo. Qué acierto!

Chuck Norris!