sábado, 5 de noviembre de 2011

Acostumbrémonos: Estamos en guerra

A estas alturas del siglo XXI, la guerra sucia depara pocas sorpresas. De hecho, la única que va quedando es que entre los nuestros (es decir, entre la gente que se asume revolucionaria, socialista o al menos contrahegemónica) todavía hay quien se espanta, o parece espantado, cada vez que el enemigo ataca con la herramienta del momento: el desprestigio a través de acusaciones gravísimas, que los medios masivos de información difunden y sazonan con comprensible regodeo (las que mercadean con noticias pertenecen al poder económico, así que al disparar para acá están haciendo su trabajo: Para eso les pagan).

Después del asesinato multitudinario en Libia en busca del presidente de ese país todavía queda quien se escandaliza porque Estados Unidos llama narcotraficantes a unos venezolanos. Hora de recordarle a nuestra gente que estamos en guerra. Una guerra despiadada y absurda, como toda guerra, así todavía no despunten en el horizonte las armas de última generación, aunque sí el impulso homicida; honor a los caídos en abril de 2002; honor a Danilo Ánderson.

Si estuviéramos en un momento menos dramático provocaría decir que aliviados deberíamos estar, ya que mientras sobre otros países y personalidades llueven misiles aquí apenas llueven insultos y acusaciones. Eso sería reducir algo escabroso y preocupante a simple anécdota digna de chiste y risa. Pero, precisamente por lo trágico, siempre es bueno ubicarse en el momento exacto de esta larga historia de la lucha de los pueblos contra las hegemonías, y hacer la invitación correcta: Ya no más sorpresas ni ataques de hipo cuando nos llamen narcotraficantes, asesinos, terroristas, fariseos y truhanes, a nosotros y a los nuestros. Lo raro en una guerra sería que no se disparara ni una sola bala y aquí uno enciende el televisor o lee la prensa y la metralla chorrea abundante.

La sangre también chorrea, pero hay algo que impide que la hemorragia sea indetenible: El empeño del pueblo chavista y de sus dirigentes en no responder golpe por golpe, bala por bala y muerto por muerto. Si a los más de 200 dirigentes campesinos asesinados por terratenientes hubiésemos respondido con igual número de terratenientes liquidados, al estilo de la Ley del Talión, aquí hace rato se hubiese desatado una guerra civil. En cambio, la vocación serena de un proceso en el cual los pobres seguimos poniendo los muertos ha permitido que no haya un sólo latifundista preso. ¿Alguien recuerda el nombre de Nelson López? ¿Y el de Luis Gallo? El segundo mandó a matar al primero en Yaracuy, según confesión de sus sicarios, pero ya la opinión pública los sepultó a ambos en el olvido.

Así que esta guerra no es sólo de declaraciones. Cuando las corporaciones de la información comienzan a asesinarlo a usted moralmente es porque quieren justificar su asesinato físico. Le ocurrió a Jorge Nieves en Guasdualito. Pero ese nombre tampoco lo recordamos. Y como las batallas también parecen ser de memoria contra olvido, entonces valgan estas líneas para recordarle que estamos en guerra. Y el enemigo es implacable.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Aveledo, mejor conocido de vista, trato y comunicación en los bajos fondos como: "AVEPEO", reconoció que una parte importante del país prefirió no pronunciarse ” [¡por los rotundos fracasos en fracasos nauseabundos y cagurrio de la MUD y sus mediocres secuestradores de imágenes, voces y descabellados criterios!] y no le dio la importancia que nosotros le pedimos a la elección [por los transpiés de deodos en transpiés de dudosa procedencia en que han incurrido los desatinados políticos que se cojieron las gríngolas de conducción de la MUD], la reflexión de Avepedo es ¿por qué no pudimos lograrlo?[¡por las plastas en plastas de ínfima calidad que pusieron cada vez que confundierón los taburetes de la MUD con pocetas desniveladas y sin papel de limpiarse el animal] y lo otro es una reflexión (será una inflección cerebro-anal] a nivel ciudadano comúm y con sus psiquis enfermas, que se pregunten ¿hice yo bien al no pronunciarme y no votar?”[por las ridiculeses, sandeces y mentecateces como las proferidas por "AVEPEDO" ].
"AVEPEDO" ¿Cómo se te ocurre bomitar excrementando tantas bobadas?
Renuncia chico ¡No jorobes! Leete el poema de Andrés Eloy Blanco sobre la RENUNCIA y dale un formidable regalo de navidad a tus disociadios seguidores y conejitos.

Anónimo dijo...

En atención a lo estatuido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en su artículo 29 "(...) Las violaciones de derechos humanos y los delitos de lesa humanidad serán investigados y juzgados por los tribunales ordinarios. Dichos delitos quedan excluidos de los beneficios que puedan conllevar su impunidad, incluidos el indulto y la amnistía(...)", razones de hecho y de derecho por las cuales resulta, absolutamente , inconstitucional que a cualquier "angelito" de la oposición -quien hubiere perpetrado algún delito de lessa humanidad- sea, bajo cualquier género de extorsión o chantage, premiado con algún beneficio que conlleve a su impunidad, por lo tanto, tenemos que olvidarnos de amnistías ya que no nos queda otra para ser reinsertado a la sociedad sino cumplir con la condena, definitivamente, dictada, impuesta y cumplidas !!!!!!!!!!!!